El día 5 de marzo, después de haber esperado con emoción durante mucho tiempo, nos preparamos para viajar a la República Checa.

Lo normal habría sido viajar a Praga, capital de la República Checa, pero no se pudieron conseguir 26 billetes de avión en vuelo directo, así que buscamos la alternativa de Viena (Austria). Viena está un poco más lejos, pero así, aprovecharíamos para visitar esta bella ciudad centroeuropea.

Así que salimos de Lerma a las 04:30 am, porque el avión a Viena salía a las 08:45 am. Demasiado pronto y mucho madrugar, pero tenía la ventaja de que llegamos a Viena a mediodía y tuvimos tiempo para dar un paseo por la ciudad.

El vuelo fue agradable, y muchos de nosotros no habíamos volado nunca, así que fue emocionante. Cuando llegamos, nos esperaban dos profesoras, tres alumnos checos y un autobús con el que fuimos a ver Viena. La visita fue corta (unas 5 horas), pero mereció la pena, ya que Viena es una de las ciudades más bonitas de Europa. Vimos el parlamento, la catedral, el palacio de Francisco José I, callejeamos por el centro,…

Y después cogimos el autobús para ir a Jihlava. Casi tres horas de viaje que se unieron a un día cansado, pero lleno de emociones, porque nos esperaba lo mejor: reencontrarnos con nuestros compañeros checos y conocer a nuestras familias de acogida.

Un buen comienzo para esta experiencia.

 

Escrito por Almudena Parras