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Informe sobre la estancia de los alumnos checos en el reino de España

Antes de salir

Ocurrió así...

Era un bonito día. No estoy seguro del clima, pero no importa. Nos dieron dos noticias. Como de costumbre, primero la buena y después la mala. La buena era que nuestro coro iría a España. La mala resultó ser que sólo 20 cantantes de nuestro gran coro tendrían la oportunidad de ir. ¿Qué hacer ahora?

Alguien podría decir, “¡Lleva a los mejores!” De acuerdo, pero ¿quiénes son? Finalmente se decidió – irán a España aquellos que asistan al coro con más frecuencia. Con esta línea imaginaria, finalmente 20 cantantes de primera clase fueron los elegidos para participar en nuestra visita de 10 días.

Así que empezamos a trabajar. Traducir un texto de Gustav Mahler para tener conciencia de este compositor Austro-Checo, ensayamos un baile que abriría los horizontes de nuestros futuros amigos españoles sobre Horácko, cantamos viejas y nuevas canciones de autores checos, tocamos canciones individuales con una gran variedad de instrumentos y por fin, pero no por ello menos importante, quién tendría asignada la tarea de la grabación.

 

28 de febrero

¡Ya llegó! Estamos de pie delante de la escuela, cada uno al menos con una maleta y otra de mano, esperando el momento de dejar a nuestras familias, nuestros amigos, nuestra ciudad y, después de unas horas, nuestro país.

Si no estoy equivocado, todo el camino a Praga, la facturación del equipaje y el embarque en el avión transcurrieron sin problemas. El vuelo fue tranquilo, lo mismo que la media hora que paramos en el aeropuerto de Munich para coger fuerzas para el segundo y más largo vuelo hasta la capital de España. En el autobus hacia Lerma, donde íbamos a pasar 10 días, nuestras células musicales se pusieron en marcha con jam sessions. Quizás esta es la razón por la que muchos de nosotros estábamos totalmente cansados.

Las familias que nos fueron asignadas, nos recibieron. Antes de darme cuenta, estaba sentado a una mesa de una cocina de una casa de Lerma y había un plato con cena para mí. Había poca conversación y una barrera entre nosotros, pero esto cambiaría, especialmente después de un paseo vespertino por Lerma con nuestros amigos checos y españoles.

 

1 de marzo

Comenzamos una espiral de aventuras justo después de nuestra llegada. Sin embargo, el día con nuestras familias españolas era quizás sólo una oportunidad de conocer a fondo la cultura española.

 

2 de marzo

Por la mañana llegamos al colegio media hora más tarde de lo que es normal en tierras checas. Diferentes culturas, diferentes hábitos. Este proverbio se confirma durante nuestra estancia en muchas ocasiones.

La directora, la señora Mercedes Viejo, nos guió por la escuela, mostrándonos el gimnasio, la sala de ordenadores, el laboratorio de biología o el taller de tecnología, además de algunas clases normales.

Entonces salimos hacia el espacio escénico de La Piedad, donde ensayamos nuestros números musicales y de baile que realizaríamos durante la actuación del miércoles. Todo surgía según el plan y quizás incluso mejor. Nuestro grupo fue dividido en dos mitades, y una parte se quedó ensayando, mientras que la otra mitad visitó la clase de educación musical en la escuela local a cargo de la señora Elena Caramanzana. La parte que se quedó ensayando regresó a la escuela justo cuando los alumnos españoles terminaban su jornada diaria normal. Que el lector decida quién pasó una mejor mañana.

Después de comer, el autobús nos llevó a la pintoresca villa de Quintanilla del Agua, donde visitamos el Museo Yáñez. No nos retrasamos, y tras una visita guiada por el propio constructor, comenzamos a ensayar nuestro rico repertorio. Después de un rato, estábamos esperando ansiosamente la llegada del público. No puedo decir que  fallamos en las apariciones, únicamente el taburete del piano era un poco más bajo de lo que yo esperaba. Sin embargo, toda nuestra representación consistía en canto, tocar varios instrumentos y bailar , y tuvimos tal éxito sin precedentes que en el futuro nos vimos forzados a repetir algunos números concretos.

 

3 de marzo

El día siguiente estuvo lleno de música. Literalmente. A las 9, exhaustos tras un gran viaje en autobús, fuimos a visitar la casa donde nació Antonio de Cabezón. Fue un importante organista y compositor del siglo XVI. Incluso aunque hoy en día es un edificio en ruinas, nos causó una gran impresión. Además de ver la iglesia, en nuestro camino de vuelta hacia el autobús, no pudimos resistirnos a cantar algunas piezas corales.

Entonces paramos en un taller de organería de Torquemada, que fue una gran experiencia. En Palencia visitamos el conservatorio, donde también escuchamos dos piezas de órgano de Antonio de Cabezón.

A continuación llegamos a Burgos. Allí visitamos su fabulosa catedral, donde vimos un órgano con tubos horizontales, que son casi por completo exclusivos de los órganos españoles. También cantamos allí alguna canción espiritual.

 

4 de marzo

¡Llegó nuestro Día D! La mañana comenzó con un tiempo maravilloso y soleado. Visitamos el ayuntamiento de Lerma, donde nos recibió oficialmente el amable alcalde de Lerma. A continuación, todos nosotros visitamos la ciudad y, entre otras cosas interesantes, visitamos la iglesia local de la Colegiata de San Pedro. Hicimos una preciosa interpretación de la canción allí.

Ese día después de comer el descanso fue bastante largo, para prepararnos lo mejor posible para el esperado concierto más grande y más importante. Creo que puedo decir que no lo desperdiciamos y sacamos buen provecho de ello.

Ni que decir lo nervioso que estaba antes de un concierto tan importante. Y seamos sinceros, ¿quién no lo estaría? Pero el último ensayo general nos debe haber dado la seguridad necesaria, y el concierto tuvo tanto éxito que todo el mundo – nosotros y también nuestros amigos españoles que nos acompañaron todo el día- lo recordaremos mucho tiempo.

 

5 de marzo

Comenzaba la segunda mitad de nuestra estancia de 10 días con dos conferencias sobre Gustav Mahler a los estudiantes españoles. Estas se hicieron en inglés, realizadas por Eliška Petříková, pero el resto de nuestro grupo presentó sus partes tanto en inglés como en español, que fue considerado positivo por nuestros escuchantes españoles. Dedujimos que estaban realmente impresionados, a juzgar por sus expresiones faciales cuando retornaban a sus aulas. Después conseguimos un certificado que será un recuerdo de nuestra estancia de por vida.

Por la tarde tuvo lugar un viaje a una localidad llamada Covarrubias. El pueblo es precioso, así como la iglesia, en la que tuvimos el placer de cantar. También estábamos bastante impresionados por nuestro joven guía Darío, que visitó Jihlava recientemente. Particularmente porque la parte más importante de nuestra estancia, el concierto del día previo, ya estaba hecho.

De vuelta a Lerma, los alumnos checos quedaron una vez más en su bar favorito, el Capri, pero como me fui a la cama temprano ese día, no puedo dar más información sobre este tema.

 

6 de marzo

Visitamos el asilo de ancianos de Villalmanzo donde también cantamos por la mañana. A pesar de no ser las mejores condiciones, llevamos a cabo el concierto con gran éxito. Debo decir que la gente mayor es una gran audiencia.

La segunda mitad del día continuamos expandiendo nuestro conocimiento sobre Gustav Mahler, esta vez entre los padres de los estudiantes que escucharon nuestra conferencia el día anterior.

Entonces tuvimos un descanso en Lerma. Conciertos esporádicos de algunos de nuestros músicos atrajeron a bastantes jóvenes espectadores, que estaban tan contentos por nosotros que incluso querían nuestros autógrafos, que les dimos con gran placer.

A continuación visitamos un ensayo de la orquesta de la escuela de música local. Era realmente interesante, especialmente porque cantamos en la majestuosa acústica de dicha escuela. Después siguió una cena en un restaurante innombrable – innombrable porque no recuerdo el nombre del restaurante – y un paseo nocturno con los pensamientos sobre la despedida, que desafortunadamente se acercaba.

 

 

7 de marzo

Nuestras plegarias solicitando un descanso fueron finalmente escuchadas. Incluso el mejor músico necesita un descanso, ¿verdad? Y debido a que nuestro grupo musical piensa como un hombre (o una mujer), acordamos que la mejor manera de gastar nuestro dinero y pasar nuestro tiempo libre era ir a la capital de España.

 

8 de marzo

El domingo trajo el evento más festivo de nuestro programa. Cantar en la iglesia del monasterio de Santo Domingo de Silos. Después de una corta visita a los interiores del monasterio benedictino, escuchamos cantar a los monjes del monasterio. Y entonces fue nuestro turno, que era una posibilidad rara e increíble, para lo que debemos dar las gracias a Adolfo y al abad del monasterio. No sé cómo se sentían mis compañeros, pero el momento en el que pisamos el escenario, la atmósfera me hacía estremecer hasta la espina dorsal.

Entonces llegamos a Burgos, donde visitamos el claustro de la Cartuja, donde vimos los cantorales, con salmos y otras canciones escritas a mano. Un evento importante en nuestro programa, además de una visita por la ciudad, fue la comida. Quién no habría comido después de tal experiencia.

Por la tarde intentábamos olvidar la despedida que tendría lugar al día siguiente. Estábamos intentando olvidar que esta sería nuestra última cena. Bailamos la polka (e intentamos, con diferentes resultados, enseñar a nuestros amigos españoles), cantamos, comimos diferentes especialidades de la cocina española. Era una tarde difícil de olvidar. Y aún teníamos que empaquetar nuestras cosas, que era lo más desagradable de toda nuestra estancia. El momento en el que teníamos que decir adiós a todo lo que habíamos experimentado allí.

 

9 de marzo

El último día. Cuando nos estábamos despidiendo, muchas lágrimas checas y españolas afloraron. Qué podemos hacer, ¡todo tiene que terminar algún día! Nos subimos al autobús y partimos hacia Madrid.

El viaje, facturación del equipaje y el vuelo fueron bien, como el primer día. La única diferencia fue, de hecho, que cuando llegamos a Praga descubrimos que algunas maletas estaban ligeramente dañadas, y en el sentimiento de estar en casa. Qué interesante combinación…

Creo que no necesito describir el sentimiento de escuchar checo de nuevo... Los que lo han experimentado me entienden, y los que no, no lo entenderían de ninguna manera. Así que cogimos el autobús otra vez y fuimos a descubrir nuevas aventuras, esta vez en nuestra tierra.

¿Qué debería decir al final? En primer lugar, me gustaría agradecer a nuestras profesoras Barbora Voldřichová, Dagmar Němečková y Eliška Vyhnálková por no matarnos cada vez que las hacíamos enfadar. En cuanto al viaje en sí, diría que nuestro viaje a España fue definitivamente, al menos, una valiosa experiencia. Un nuevo país, nueva cultura, nuevos recuerdos y, principalmente, nueva gente. Espero no olvidarles nunca.

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